miércoles, 31 de julio de 2013

El riesgo crediticio

El riesgo crediticio es la posibilidad de que el prestatario (la persona que recibe un préstamo de dinero) no se encuentre en capacidad de cumplir con sus obligaciones. Conceder un crédito es entrega de confianza a una persona o sociedad, es decir, creer en el individuo a quienes les prestamos un servicio, una vez considerada en toda su amplitud la posición, situación real y características propias.

En el ente bancario todo riesgo es objeto importante de amplio estudio y evaluación, ya que el objetivo de todo banco es administrar los fondos que le son confiados por sus clientes. Cuando el banco genera un préstamo recibe el nombre genérico de riesgo. Esto está sujeto a la eventualidad de que, llegado el vencimiento, el cliente no pueda asumir total o parcialmente la obligación contraída. 

La Evolución de la Industria Gráfica del Centro de Lima





La industria gráfica digital del Perú sigue liderando en América Latina, manteniendo un buen nivel de desarrollo económico provocando permanentemente el incremento de la demanda y el crecimiento continuo de la producción, lo que se refleja en cifras positivas de las utilidades que este sector genera. Esto se demuestra con meridiana claridad en el conjunto de galerías que albergan este rubro como “Wilson 1280”, “Centrolima”, “La Eskina” y ahora último “Cyber Plaza”, lugares que miles de personas visitan a diario por diversos trabajos de impresión. Este mercado ha sido una gran oportunidad para muchos emprendedores quienes a su vez siguen invirtiendo en nuevas maquinarias y planificando nuevos proyectos para seguir explotando este nicho.

En el marco histórico, la industria gráfica digital en el centro de Lima data desde  inicios de los noventa cuando se instalaron los primeros negocios de imprenta en las galerías “Wilson 1280” y Centrolima atraídos por la SUNAT que en eso años se instaló en el Centro Cívico ahora convertido en el centro comercial Real Plaza. Nadie tenía previsto que después de algunos años, a inicios del 2000, este sector pudiera evolucionar hacia el servicio conexo de la impresión digital de formato ancho, popularmente conocida como gigantografía, que en poco tiempo acaparó a miles de clientes de Lima y provincias para usarla como medio principal de publicidad para sus negocios. Por ese entonces los precios oscilaban entre 30 y 40 dólares por metro cuadrado, y el servicio lo ofrecían grandes empresas instaladas en diferentes distritos de Lima. Los primeros emprendedores al advertir los elevados márgenes de ganancias que esta actividad permitía, incursionaron abriendo pequeños locales para captar clientes y tercerizar el servicio de impresión, para posteriormente adquirir equipos de impresión de bajo costo dando inicio a un vertiginoso auge del diseño, impresión y producción de banderolas, paneles, pasacalles, letreros, avisos y un sinnúmero de productos de publicidad para exteriores e interiores.